No es necesario complicarse con muchos aparatos para restablecer la armonía perdida. Cuando la madre naturaleza se despista en el recambio dental, a veces sólo necesita un pequeño empujoncito. Hacer revisiones desde edades muy tempranas nos ayuda a prevenir problemas mayores en la edad adulta.
Mira este incisivo retenido en el maxilar por la falta de espacio del lado que muerde cruzado. Con un discreto aparato y en pocos meses todo vuelve a la normalidad y el ortodoncista se vuelve un mero espectador de cómo la naturaleza se empieza a organizar. A esta prevención que limita el daño se le llama prevención secundaria o… ¡bendita ortodoncia interceptiva!